martes, 14 de mayo de 2013

Noticias de interés vol III

El castellano de América: una historia de quinientos años 

Es un hecho incuestionable que en América existen diversas modalidades del habla castellana. El castellano de América no es una lengua homogénea, sino que, por el contrario, durante cinco siglos se han desarrollado diferentes modalidades. La anterior afirmación se puede comprobar con el simple contacto con hablantes de otras regiones de América  o sintonizando la radio o la televisión provenientes de cualquier país hispanoamericano, e incluso, si hacemos  un recorrido por nuestro país, encontraremos muchas  modalidades del habla: los costeños del Caribe, los paisas de Antioquia y el viejo Caldas, los santandereanos,  los tolimenses, los vallunos, los pastusos, los rolos de Bogotá, etc. En la misma costa norte, el habla de un cordobés se diferencia de la del cartagenero, del barranquillero, del samario, del guajiro, etc. El mismo fenómeno podemos observarlo en España, en donde el castellano tiene variedades producto de la influencia de los restos  de  lenguas  romances hermanas del castellano y de  otras de distintos orígenes,  ya desaparecidas.
Estudios modernos de sociolingüística señalan que en las comunidades urbanas, se encuentran formas  habladas de los estratos económicos, sociales y culturales. Inclusive, en estos momentos, se  considera, con mucha razón, que en casa conviven tres lenguas: la de los abuelos, la de los padres y la de los nietos.
El dominicano don Pedro Henríquez Ureña, propone   la división de Hispanoamérica en cinco grandes zonas  del español hablado, lo que significa proponer, cinco modalidades básicas del castellano. Es bueno aclarar que dentro de las  zonas propuestas caben otras modalidades. Esta es la propuesta de don  Pedro Henríquez Ureña:
Zona Mexicana. Comprende el Sur y Suroeste de  los Estados Unidos, México y Centroamérica. Cuando hablamos del  Sur y Suroeste de  los Estados Unidos nos referimos a una extensa zona que le fue cercenada a México por el país del norte en las  primeras décadas del siglo XIX cuando Estados Unidos  comenzaba sus aventuras imperiales. En esta zona viven millones de ciudadanos estadounidenses de origen mexicano que hablan el castellano.
Zona del Caribe y de  las Antillas.  Incluye las Antillas mayores, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana, lo mismo que el litoral atlántico de Panamá, Colombia y Venezuela.
Zona Andina. Está conformada por los Andes de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y el noroeste de Argentina y Chile. Es una zona con fuerte influencia de  las lenguas y de las culturas precolombinas.
Zona Chilena. Chile, por sus características topográficas, al norte, el desierto de Atacama; al sur, la Patagonia; al occidente, el Océano Pacífico y al oriente, los Andes, se aisló del resto de hispanohablantes y desarrolló su propia  modalidad del castellano.
Zona del Río de la Plata.  Comprende Argentina, Uruguay y Paraguay. El liderazgo cultural y lingüístico de Argentina sobre esta zona es indudable. Argentina, país de  inmigrantes europeos, con su diversidad lingüística, conformó una modalidad del habla sui géneris.
Causas de la diversidad lingüística del castellano de América
¿A qué razones obedece la formación de las modalidades del castellano en el habla de América?
Razones, por  lo general, de índole histórica y cultural,   han intervenido en la formación del habla castellana de América. Estas razones son:
La procedencia de las primeras corrientes migratorias de colonizadores que poblaron a América. Las primeras oleadas de colonos españoles provenían del sur de España: la  mayoría de  los  puertos de embarque hacia  las Indias quedaban al sur de España. Los tripulantes de las carabelas españolas eran enganchados en Extremadura, Andalucía y Las Canarias. Estos primeros emigrantes llegaron a América y se establecieron en el Caribe. Por esta razón,  el habla del Caribe conserva  un sello andaluz. Estos primeros pobladores de América provenientes del sur de España, trajeron consigo las tres grandes características que más adelante ayudarían a conformar la inconfundible modalidad del español de América, diferenciándolo del castellano proveniente de  la Península Ibérica. Estas tres grandes características del castellano traído por los  primeros colonizadores fueron:
El Seseo: Pronunciación de c, s y z como s. El seseo es la característica más importante del castellano de  América. Ejemplo: las palabras zorra, cine y  sopa, en la realidad, las pronunciamos con s, o sea, con un sonido fricativo, alveolar, sordo:  sorra, sine y sopa.
Todos  los  hispanohablantes de América "sufrimos" de seseo, sin excepción. Solo algunos despistados hablantes de Hispanoamérica, por  ignorancia o afectación pronuncian la zeta española, o lo que  llamó en alguna  ocasión  Gabriel García Márquez, "las zetas" inútiles de los españoles.
El Yeísmo. Pronunciación de la ll como y. El Yeísmo es  un fenómeno restringido a algunas zonas de América, Centroamérica y Argentina, entre otros. En Colombia, por ejemplo, se da plenamente en  la costa Atlántica y en otras zonas. Ejemplo: las palabras llanto, millón, callar, en realidad, las pronunciamos  con una y fricativa, palatal, sonora: yanto, miyón, cayar.
El  uso preferencial de ustedes por vosotros. O sea, en América utilizamos ustedes, y en España, usan  vosotros para la segunda persona gramatical, plural. En América vosotros suena afectado y solo se usa en reducidas ocasiones en discursos solemnes. Ejemplos:
En  América: Ustedes van  a casa o Ustedes fueron a casa.
En España: Vosotros  vais a casa o Vosotros fuisteis a casa.
Estas tres características, el seseo, el yeísmo y el uso preferencial de ustedes  por vosotros, traídas por  los primeros colonizadores españoles definieron el habla castellana de América frente a la modalidad del viejo continente, tanto que hoy en día al visitar a España nos reconocen de inmediato por  nuestra peculiar habla.
Más adelante, llegaron colonizadores del centro, norte y de las partes altas de España, Castilla, y remontaron los ríos de América y se establecieron en los Andes: las zetas no prosperaron en América, se quedaron en España.
Otras razones que influyeron en menor grado en la conformación del castellano de América:
El mayor o menor contacto del castellano de los conquistadores españoles con las lenguas de América. En algunas zonas de América, densamente pobladas, el idioma castellano se mezcló   con las lenguas indígenas  como sucedió en México, Centroamérica y los Andes de Colombia, Ecuador, Perú,  Bolivia y Paraguay. En cambio, en otras zonas, en donde la población indígena fue literalmente arrasada, el castellano recibió pocos  aportes de las lenguas vernáculas.
El aislamiento geográfico en que se encontraban las distintas regiones de América. Pensemos por un momento las dificultades de comunicación que había entre La Habana y Buenos Aires, entre Caracas y La Paz o entre Santafé de Bogotá y México.
La  ausencia de  los  medios  de comunicación masiva. Los  medios de comunicación son medios unificadores de la lengua y solo aparecieron a  lo largo del siglo XX. Cosa diferente está sucediendo  en estos momentos en que  los medios de comunicación están contribuyendo al fortalecimiento y unificación de  la lengua.
En el pasado, las  lenguas africanas de los esclavos traídos dieron un significativo  aporte a  la lengua castellana de América, sobre todo en el  Caribe. Millones de esclavos, con su cultura, mitos y leyendas, tradiciones, creencias religiosas, música, folclor fueron desembarcados en los puertos negreros de Cartagena, La Habana, Santo  Domingo.
Recientemente, a  lo largo  del siglo XX, por razones de  dominio económico, político y cultural que ejercen los Estados Unidos de América sobre esta  parte  del mundo, el inglés está introduciendo  un gran número de palabras al castellano. Todos los fenómenos de la cultura y subcultura norteamericanas han encontrado un terreno abonado al sur del Río Bravo: la política, la economía y los  negocios, la música, el deporte, la farándula, la moda, las costumbres, la ideología, los valores, los productos y subproductos de la llamada american way of life, sin  contar la idea que se nos ha vendido durante muchos años en el salón de clase y en los medios masivos de comunicación del inglés como la  lengua del éxito.
A pesar de la existencia real del castellano de España y del castellano de América y de sus  modalidades, nuestra lengua conserva una unidad monolítica que despeja su futuro. El  castellano seguirá evolucionando sin sobresaltos como lengua viva y sobre todo seguirá manteniendo su unidad como vehículo de comunicación social, de invaluable patrimonio espiritual de la comunidad de hispanohablantes de España, de América y del mundo.

Fuente: http://www.elmeridianodecordoba.com.co/index.php?option=com_k2&view=item&id=31337:el-castellano-de-am%C3%A9rica-una-historia-de-quinientos-a%C3%B1os&Itemid=141

 

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